La mujer en la sociedad India se ha degradado a un segundo plano a lo largo de la historia, dejando al hombre en un nivel superior. Las familias más pobres tratan de casar a sus hijas cuando son niñas. Como el gasto de estas era, según para las familias más pobres, muy alto, el número de abortos comenzó a crecer, pero se detectó que los abortos eran producidos cuando se detectó que el bebé sería niña. Esa es la razón por la cual el Gobierno ha prohibido revelar el sexo de los bebés.
Las jóvenes, privadas de la infancia, realizan las tareas más duras y que presentan mayor riesgo para la salud: responsabilidades de la reproducción, la escasez de educación... Esta situación se da en todas las castas, pero principalmente en las de menor rango. La mayoría de las mujeres indias carecen de medidas sanitarias, higiene, alimentos y educación, por lo que no pueden cubrir las necesidades mínimas que merecen como ser humano, y con ello, se pierde la dignidad. Muchas familias acaban vendiendo a sus hijas o las casan a cambio de dinero.
El alcoholismo es común entre los hombres por la falta de recursos para afrontar la pobreza, lo que conlleva a violencia y abusos sexuales contra las mujeres, que deben cargar con el peso de mantener a la familia (que normalmente es numerosa debido a la negación por parte de los hombres a utilizar métodos anticonceptivos).
La India es uno de los pocos países donde en número de mujeres es inferior al de hombres, y así, la esperanza de vida es inferior para ellas.
La discriminación por género también difiere según la casta, la etnia o la edad.
Ante esta situación, se han creado asociaciones de mujeres y un fondo para estas. Así, se fomenta que las mujeres tomen sus propias decisiones y gestionen su propio dinero.
A su vez, se fomenta la educación, y se ha creado una red de enfermeras, comadronas, clínicas y centros hospitalarios. Esto ayuda a que los niños nazcan en mejores condiciones y se reduzca el número de muertos durante los partos.